MARATONA DO PORTO 2015

Un año más nos vamos a Oporto a participar en su ya 12ª edición de la Maratón. En esta ocasión además de Carlos y yo, contamos con la presencia Fer el hermano de Carlos, mi cuñado Rafa y su compañero Angel de Os Troteiros de Vigo. Como no podía ser de otra manera, contábamos con la presencia de nuestras incondicionales, Raquel, Sandra, Ana y Merce a las que en esta ocasión se unía la madre de Carlos.

Tras disfrutar de un sábado veraniego por las calles de Guimaraes y Oporto, llega el gran día soleado y presagiando que se va a tratar de una edición donde el calor no pasará desapercibido, como así fue.

Este año se ha modificado la ubicación de la salida y la meta con respecto a las ediciones anteriores, alejándolas del centro de Oporto, lo que ha complicado el acceso a los participantes (tuvimos que caminar algo más de 2 kms desde el punto donde nos dejó el taxi hasta el cajón de salida), tanto es así, que apenas tuvimos tiempo de disfrutar del ambiente de la salida.

Como es habitual no dirigimos al final de cajón, donde pude localizar y saludar a Carlos, apenas transcurrieron 5 minutos y empieza la carrera. La temperatura ya se aproxima a los 20ºC, a 100 metros de la salida giro a la izquierda y se estrecha la calle con lo cual se crea un tapón que nos obliga a parar de correr cuando apenas acabamos de comenzar. Esta situación unida al estrés de pensar que llegábamos tarde a la salida (sueño recurrente de la noche previa a una maratón, que en esta ocasión casi se hace realidad), me siento desilusionado incluso llego a plantearme el no volver a correr en Oporto.

Por delante y lanzado como un Sputnik se va Fer con el globo de tres horas, ritmo que aguantó sin problemas hasta la media, ya en Gaia tuvo que reducir el ritmo, debido a que es esta zona y durante varios kms no daba el Sol y soplaba el viento de frente, lo que provocó que se enfriara (Tras años viviendo en Panamá tiene frio cuando para nosotros hace un calor agobiante), luego continuó andando y trotando hasta meta. Las 3h 30 minutos finales le dejan  buenas sensaciones para afrontar con éxito la maratón de Panamá el próximo 29 de noviembre.

Por detrás íbamos nosotros haciendo nuestra carrera, Carlos con objetivo de finalizar su 99 maratón y dejarlo todo preparado para afrontar la Maratón número 100 en su Valladolid natal, mi cuñado con idea de finalizar mejorando las marca del año anterior y Ángel con la idea de intentarlo en 4h:30  en su primera maratón y yo por el medio sin un objetivo claro, solo disfrutar de esta locura.

Los primeros kms. transcurren por las calles de Matosinhos bajo un Sol que ya apretaba lo suyo y pronto empezamos a notar los efectos del calor.

En el km 10 Carlos decide bajar el ritmo con idea de dejarse  ir por encima de las cinco horas, como así fue, tratando de no exprimirse para dejar algo para Torozos (esperemos que allí el calor no sea ni parecido).

Nos decidimos a seguir al globo de las 4:30, que en aquellos momentos iba a un ritmo muy cómodo para nosotros, que incluso llegamos a superar. A partir del paso por la media mi cuñado empezó a tener molestias musculares que ya venía arrastrado de atrás, por lo que a partir del km 30 decide quedarse atrás caminado y trotando ya con el único objetivo de finalizar.

Me quedo con Ángel para ayudarlo  a conseguir el objetivo de las 4:30 minutos. En el km 36 empieza a acusar el esfuerzo y comienzan los síntomas de cansancio, aun así continuamos adelantando a multitud de corredores que iban caminado. A partir del km 38, ya un ritmo considerablemente más lento, continuamos todavía con posibilidades de entrar por debajo de las 4:30 minutos, a partir de ese punto intento que no se dé por vencido y continuamos trotando. Pero a un par km de la meta hay dos repechos donde ya se desvanecen todas las posibilidades de conseguirlo, aún así lo animo a no rendirse y conseguir finalizar su primera maratón sin caminar solo corriendo, ¡vaya huevos! y sufriendo entro en meta ¡Enhorabuena!. 

Esperamos unos minutos por Rafa disfrutando del éxito con unas cerveceras.

Las fotos de rigor con las medallas.

Vuelta al Hotel, ducha, comida y un bolíño de despedida hasta la próxima edición.

Miguel