domingo, 10 de junio de 2018

MEIA MARATONA DE CAMINHA Y 10 KMS EUROCIDADE

El sábado 9 de junio, un año más, nos llegamos hasta Caminha (Portugal), para participar en la IV edición de su sunset meia maratona.

 Como siempre, unos nos atrevíamos con la distancia de los 21 kms, y otros con la camiñada sobre 5.

También como ya viene siendo una rutina, volvió a hacer una tarde de perros, sin dejar de llover en toda la carrera.

En la salida, saludos a amigos como Fernando Martínez (lo siento, no tengo foto)

Y la muy agradable sorpresa de encontrar a un barquense de pro, Alejandro Fernández, que la remataría en 1 hora y 53 minutos.

La tarde no estaba para grandes alborozos, así que decidimos ir tranquilos, todo el retito juntos, Miguel, su amigo Angel Cores, y yo.

Menos participación que otros años, y eso sí, agua para aburrir.

A nuestro trote cochinero, poco por debajo de los seis minutos por km, entramos en meta en 2h y 3 minutos.

Medallita y otra más a la talega. Y a cenar y acostarse temprano que a la mañana siguiente hay otra carrerita pendiente.
Y es que aprovechando el viaje, Miguel y yo decidimos debutar en los 10 kms de una prueba llamada Eurocidade, que se disputa entre las localidades de Tui y Valença do Miño, alternando cada año el recorrido, cruzando la antigua frontera a través del centenario puente de hierro sobre el Miño.

Afortunadamente, aunque estaba nublado, no nos llovió.

Este año, todo lo recaudado con las inscripciones iba destinado a las víctimas del reciente accidente acaecido en Tui con la explosión de un almacén pirotécnico.



Poco más de doscientos participantes para afrontar un trazado muy exigente de subidas y bajadas entre las dos ciudades fronterizas.

Cuanto más bonito era el trazado, más duro se volvía.

A muy poquitos pudimos dejar por detrás, consiguiendo no sin esfuerzo bajar de los 59 minutos.


Excelente organización en ambas pruebas y trato muy correcto. ¡Lo bien que te tratan en algunos sitios con inscripciones casi simbólicas!

Ha sido un fin de semana duro, y para recuperarse había que elegir entre tomar algún medicamento...

o meterse un buen cocido... ¿adivináis lo que elegí yo?