miércoles, 30 de octubre de 2013

MARATÓN DE LAUSANNE (SUIZA)

Hola amigos:

Éste domingo 27 de octubre, se celebraba el maratón de Lausanne, en Suiza, y para poder correrlo arrastré a toda la familia hasta orillas del lago Leman. Ha sido un fin de semana intenso, en el que cada segundo de tiempo estaba ajustado para poder llegar a los sitios previstos, pero al final, todo ha salido bien.


El viernes por la tarde volamos desde Madrid hasta Ginebra, Previamente, Ana lo hizo desde Santiago a Madrid, y Litos desde Oporto. En el aeropuerto, alquilamos un cochecito e hicimos los 60 kms que quedaban hasta Lausanne.


El sábado por la mañana, recogimos el dorsal en Ouchy, una especie de barrio de Lausanne pegado al lago, y tratamos de vistar el museo olímpico, aunque al estar en obras sólo nos dejaron ver los jardines exteriores.


Como hacía un día maravilloso, nos decidimos a irnos de excursión hasta Gruyere, un pueblecito medieval, muy turístico y famoso por sus enormes quesos, que está recostado en los Alpes. Allí comimos la renombrada "fondue" y dimos un paseo precioso.


La verdad es que los paisajes de Suiza merecen la pena. De regreso a Lausanne, visitamos su catedral gótica y fuimos a un pub a ver el futbol (ibamos con las camisetas del Madrid, y será mejor correr un tupido velo). Nos acostamos temprano y nos preparamos para la jornada maratoniana del día siguiente.



Había hecho un día auténticamente primavera, pero ya de madrugada nos despertaron unos truenos impresionantes. La mañana amaneció bajo una tromba de agua, con un cielo oscuro que metía miedo. Del aparcamiento a la salida de la maratón ya estábamos empapados, pero es lo que tocaba y había que hacerlo. Pocas veces en mi vida me he visto bajo un aguacero semejante. Os juro que en esos primeros kms, sentí que no iba a ser capaz de cumplir mi objetivo, incluso llegue a temer por mi salud.


El problema es que el recorrido seguía el borde del lago Leman hasta  un punto desde el que regresaba a meta, y había quedado con mi mujer e hijos en que ellos irían en tren hasta el punto extremo para verme pasar, así que no podía dejarlos tirados y tuve que seguir.


A Dios gracias el aguacero amainó a partir del km 3, pero para entonces ya estaba todo el daño hecho. Absolutamente empapadas las zapatillas, ateridos los músculos de frío, y con unas rozaduras incipientes por todas partes, a pesar de haberme rebozado en vaselina.


La carretera, sinuosa y llena de subidas y bajadas de pequeño porcentaje, discurre entre viñedos y castillos, con el lago a un lado y más allá la impresionante silueta de los Alpes. Como paisaje, quizás la más hermosa de cuantas maratones he corrido.


Tuve la suerte de encontrar a dos compatriotas, Manuel Monfort y Carlos Fabregat, ambos castellonenses, y compartir con ellos el primer tercio de carrera. Luego, decidí bajar el ritmo por precaución y poco a poco se fueron alejando.


En el punto acordado, hacia el km 20 encontré a mi familia, siempre apoyándome, y eso me dio nuevas fuerzas para continuar. Aunque la temperatura era agradable, se levantó un viento molesto que dificultaba nuestra carrera.


De regreso hacia meta, alcancé a Carlos, que iba bastante tocado y un poco más adelante a Manuel Rojas, un corredor mexicano, con quien tuve la suerte de compartir charla y sudores desde el km 30 hasta el final. Cada ratito caminábamos en torno a un minuto, y así poco a poco fuimos enfilando la recta de llegada.


En meta como siempre que corro fuera de España, mi familia me dió la bandera española y con ella recorrí emocionado los últimos metros entre aplausos y vivas a España. Finalicé en 4h 52 minutos, en el puesto 1048 de los 1160 que participamos.



Luego nos hicimos las fotos de rigor con los amigos españoles Carlos y Manuel, y el hermano de éste último, Javier, que había llegado a meta bastante antes, y con Manuel, mi amigo mexicano. Y por si no había trajinado bastante, fuinos a dar otro paseo por los parques de Lausanne, aunque eso sí, no me atreví a subir a su famosa torre de madera.


Ya sólo decir para completar la crónica de este viaje, que enlazamos el lunes con otro paseo por Ginebra, de nuevo ya con sol, y que deshicimos los vuelos respectivos para acabar cada uno en nuestras casas.


Gracias a mi mujer y a mis hijos por su apoyo, y éste próximo domingo tres de noviembre, compartiré con Miguel Angel una nueva maratón, mi número 78, en Oporto. Ya os contaré.

martes, 22 de octubre de 2013

MEDIA DE PONTEVEDRA

Intenso fin de semana para muchos trotadas, repartidos entre la andaina de outono de O Barco, los 10 de León, la media de la Bañeza, el Trail de os Ancares y la media de Pontevedra. Yo opté por esta última opción para poder juntarnos un fin de semana con nuestro hijos.



Este año, quizás por la diversificación de pruebas, sólo coincidimos en la ciudad del Lérez, Adolfo do Casar y yo. En la salida, más numerosa cada año, muchos conocidos y amigos del mundo del fondo. La sorpresa fue ver a Julio Ventín, peleando en mitad del grupo. Pese a que habían anunciado lluvias abundantes, la carrera se desarrolló con una temperatura muy agradable y con sol en la mayor parte del recorrido.

 
Julio finalizó en 1h 52, Adolfo en 1h 53, y yo en poco más de 2 horas. Satisfecho y preparado para éste próximo domingo enfrentarme a la maratón de Lausanne en Suiza, con lo que igualaré mi número de maratones y medio maratones: 77. Ya os contaré

domingo, 13 de octubre de 2013

MEDIO MARATON LANGREO

Hola compañeros, hoy 13 de octubre, mientras un nutrido grupo de trotadas se lo pasaba bomba corriendo por Santalla, Raquel y yo nos fuimos hasta Asturias a celebrar nuestro 28 aniversario de boda. Como si fuera un viaje de novios, decidimos ir por Babia para disfrutar del esplendido paisaje.

 
El sábado por la tarde, nos llegamos hasta el concello de Sobrescobio, para hacer una de las más hermosas rutas de senderismo que pueden hacerse, la ruta del desfiladero del Alba, recorriendo casi 14 kms de cascadas, entre avellanos, hayas y abedules.
 

 
Por supuesto, a la noche nos regalamos un buen banquete a base de cachopo, en la foto ya falta la mitad de la ración, bien regado con 2 botellas de sidrina.
 
 
Y por fin llegó la mañana dominical para afrontar la medio maratón de Langreo, 21 kms casi llanos, en un circuito semiurbano al que había que dar dos vueltas. Antes de la salida conocimos a un corredor ovetense  de hand bike, Francisco Solis, al que ayudamos a montar su silla, ¡qué espectáculo y qué ejemplo de superación!
 
 
Como siempre, Raquel se dispuso a seguir la carrera animando y haciendo fotos, acompañada por Teresa, la esposa de un corredor burgalés, Álvaro Ayuso, con los que también hicimos amistad.
 

 
 
 La mañana acompañó, y aunque desde el comienzo hice la carrera en solitario, pude finalizar el 251 de 252 que llegaron a la meta en 2 horas 03 minutos y 23 segundos. Por su parte ellos finalizaban en 1h 15 y 1h 39, respectivamente.
 


 
 
Y para finalizar este estupendo fin de semana deportivo y festivo, la organización nos obsequió con una reconfortante espicha de sidra con bollos dulces y salados, que nos supieron a gloria.
 
 

Carrera de las Barrancas de Santalla

Este fin de semana mientras nuestro incombustible Carlos se fue a dar buena cuenta de la media maratón de Langreo, un nutrido grupo de Trotadas nos fuimos a la vecina localidad de Santalla a disfrutar de una bonita carrera con encanto, con una organización pendiente en todo momento de todos los participantes, desde el primero hasta el último, algo digno de agradecer.

El recorrido coincide en gran parte con el recorrido de los 101 peregrinos pero en sentido contrario, muy bien señalizado y controlado por la organización. Michel, Diego, Fito, Sergio, José Antonio y Martín participaban en la modalidad de carrera, yo la hice en compañía de Merce y Angeles en la modalidad de caminata, para darle un descanso a mi maltrecho tobillo, para no sobrecargarlo en exceso que unas semanas me espera la " Maratona de Porto"

Al finalizar nos obsequiaron con empanadas, tortilla, un guiso de jabalí y una de romanos...