Ayer tuve la oportunidad de volver a correr un nuevo maratón, tras la lesión de rodilla que me impidió correr maratones en 2010, llego por fin el día del Maratón de Martín Fiz 2011, tras un fin de semana gastronómico de pinchos, zuritos y algún que otro vino, una noche sin dormir por la emoción de un nuevo maratón; llego el día de la carrera nervios, ilusión y temor a que reapareciese la dichosa lesión. Una vez abandonado el hotel nos dirigimos hacia la salida, las fotos de rigor y ahí estoy una vez más con en la línea de salida con Carlos que me ha acompañado en todas y cada una de mis maratones.
Se oye el disparo que indica que esto ya ha empezado, pongo el cronómetro en marcha y comparto con Carlos los primeros kms, mientras nuestras incondicionales compañeras nos esperan a lo largo del recorrido para animarnos repitiendo una y otra vez la mismo foto, aún siendo iguales todas son diferentes y cada una capta una emoción distinta.
Adelanto al atleta más joven de la carrera, apenas 15 años acompañando a su padre, me vuelven a pasar, paso yo de nuevo delante y así un sinfín de veces, en el km 10 el niño se dirige a la meta de la Txiki Maratón y su padre se coloca a mí lado, iniciamos una breve conversación, resultaba ser su primer maratón y su hijo lo estaba acompañando en está aventura, pasan los kilómetros y empezamos a animarnos el uno al otro, no somos rivales somos compañeros. Pasados unos kilómetros más se une al grupo un amigo de mi compañero de carrera, que lo está esperando para acompañarlo hasta la meta, ya somos tres.
Vamos superando atletas a los que el maratón empieza a pasar factura, compruebo que uno de ellos una vez rebasado mantiene nuestro ritmo, lo animo a unirse a nuestro grupo, resulta ser que también es su primer maratón, ya estamos los cuatro.
Km 35, en pleno muro reaparece el fantasma de la lesión de Madrid, les indico a mis compañeros que continúen a su ritmo que yo voy a bajar un poco para no dañar la rodilla y se quedan a mi lado, se lo repito en Km 36 les indico que a este ritmo bajan sobrados de las 4 horas, pero aún así se quedan a mí lado y ahí continuamos juntos hasta el final.
Último kilómetro, el amigo de nuestro compañero nos deja ya, últimos metros, una última curva y ahí esta la meta 3 horas 59 minutos y unos segundo, bajar de 4 horas es posible, aumento el ritmo animando a mis compañeros hacia la meta, jaleo al público para que nos anime y con ello tirar del grupo, se nos unen en esos metros dos participantes más que acabamos de rebasar, ahí está Merce haciendo las últimas fotos y animándonos hasta el final, levanto los brazos, entro en meta y me giro para comprobar si ya entran en meta mis compañeros; 3:59:29, menos de 4 horas, y ahí están nos abrazamos, no felicitamos, tres historias anónimas que se cruzaron y que dejarán una huella imborrable en cada uno de nosotros. No sé si tendré el placer de poder compartir otro maratón con ellos pero estoy seguro que estos recuerdos permanecerán imborrables en mi memoria, como permanecen todas y cada una de los maratones que he compartido y seguiré compartiendo con Carlos
Muchas gracias a mis nuevos compañeros de Maratón que no rivales, Javi y Luís.
Miguel
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